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Cristal, Código, Matriz


(Recorte y adaptación del capítulo 4 'El Ternario del Conocimiento' de "Astrología: El Manifiesto", Patrice Guinard; tesis doctoral en Filosofía de la Universidad de la Sorbona, París, 1993; traducción al español por Ángeles Rocamora en 2003)



     La realidad aparece en la consciencia según tres modalidades distintas

  • Objeto, Físico
  • Signo/Señal Mental
  • Estado Psíquico

     De esta división podemos inferir que existen en tres espacios mayores en el desarrollo del conocimiento, tres tipos de "ciencias" que los cubren

  • de los OBJETOS: bio-químico-físicas, empírico-analíticas; observan, miden, experimentan y modelan los fenómenos materiales
  • de los SIGNOS/SEÑALES: "sociales" o "humanas"; histórico-hermenéuticas; conciernen al reagrupamiento de los testimonios y a la interpretación de la actividad cultural
  • de los ESTADOS: astrología y disciplinas conexas, las cuales aprehenden la realidad a través de la totalidad del ser psíquico

     Esta distinción se inspira en Wilhelm Dilthey, Charles Peirce y Jürgen Habermas. Para Habermas, la tercera categoría, las "ciencias de vocación crítica", comprende esencialmente el psicoanálisis freudiano y la sociología neo-marxista. Sin embargo, sólo la astrología posee la capacidad crítica de rendir cuentas diferencialmente de las idiosincrasias y de las mentalidades.

     A cada uno de estos tipos de "ciencia" corresponde una forma de organización arquetípica, de estructura ideal, elaborada o desvelada según tres fases sucesivas: observación, formalización, transformación.

  • El CRISTAL: estructura empírico-analítica, forma ideal de las relaciones entre los objetos, ya sean éstos "naturales" en el caso de las ciencias físicas, o abstractos, ideales, como los números, figuras, funciones y conjuntos de las matemáticas. Es lo que en la modernidad se ha llamado "ciencia". Tres fases caracterizan el enfoque científico:
  1. La observación empírica y el registro de los hechos.
  2. La elaboración por inducción de leyes que establecen las modalidades de variación de la diversidad de los objetos y se organizan en el seno de teorías.
  3. La experimentación y la transformación del objeto en vistas a establecer nuevas conexiones, que permiten renovar el proceso de observación y redefinir precisamente lo que debe ser considerado como "hecho".
  • El CÓDIGO: estructura histórico-hermenéutica (lingüística, semiológica, socio-histórica), es la forma ideal de las relaciones entre señales en el seno de un complejo socio-cultural dado. La unidad lingüística no posee realidad independientemente de sus relaciones con el todo: se define a la vez por el lugar que ésta ocupa en el seno de la red de relaciones que constituyen la lengua, y por lo que difiere positivamente de otras unidades comparables. Tres fases caracterizan el enfoque cultural:
  1. La recogida y el registro del material accesible (datos linguísticos, archivos y documentos históricos, testimonios sociológicos y etnológicos, informaciones culturales diversas).
  2. La caracterización de los elementos recogidos y su comparación a través de sus diferencias significativas.
  3. La reorganización de los elementos a través de sus funciones respectivas, y la interpretación de los documentos en relación a esta organización. Esta gestión no busca explicar un fenómeno, sino describir e interpretar datos, dicho de otro modo, dilucidar el sentido de los diversos productos de una cultura en función de los modelos interpretativos que habrán sido elaborados. El Código se extrae del pasado, identificado a través de sus formas re-conocidas, abierto a cualquier nueva tentativa de formalización y a toda información susceptible de modificarlo.

  • La MATRIZ, estructura astrológica psico-sintética, es la forma ideal de las relaciones entre estados. Ésta ilustra la organización de una realidad potencial, intangible, invisible, liminal, inconsciente. Las impresiones que suscitan no son los estados psíquicos, sino las formas "mínimas", arquetípicas, en número limitado, quienes los inervan. A semejanza del Cristal y del Código, tres fases caracterizan la gestión psico-sintética:
  1. La visualización, por "observación abstractiva" (Peirce), de la organización circular de la psique y de la interdependencia de sus elementos.
  2. La asignación por abducción de las formas arquetípicas y su simbolización.
  3. La integración de lo posible por la repartición de las entidades y por la distribución de las perspectivas.
     Charles Peirce especificó en sus escritos la existencia necesaria y lógica de una facultad de observación abstractiva que asegura la coherencia de la realidad aprehendida y que permite "descubrir lo que debe ser y no simplemente lo que está en el mundo real". A este modo de aprehensión de la realidad corresponde el razonamiento por abducción, susceptible de identificar una realidad inverificable. La abducción se distingue de la deducción, modo de razonamiento propio de la lógica formal y de la inducción, propia del método experimental. La gestión astrológica no busca ya explicar un fenómeno, ni interpretar datos, sino comprender una realidad subyacente, en cuanto que los fenómenos y datos culturales encuentran su fuente en la psique.

     La Matriz es a la vez presente e intemporal: concuerda con el momento presente, perpetuando un fondo permanente y preexistente. La astrología es el hogar de una comprensión estructural de la psique. La comprensión astrológica difiere tanto de la explicación de las ciencias duras como de la interpretación de las ciencias "humanas". Comprender, en el sentido astrológico, es razonar por abducción, es respetar una lógica matricial, no identitaria. No es demostrar, es mostrar. Ningún método filosófico o hermenéutico, ninguna técnica analítica o aún estadística, rinde cuenta de ella sin degradarla.

     El pensamiento matricial se une, no a unificar la multitud de representaciones mentales, sino a preservar la organización de lo múltiple que se sitúa más allá de estas representaciones. Consiste en pensar pluralmente la pluralidad. La astrología no puede definirse más que en el espacio que es suyo: el espacio igualitario de la potencialización cualitativa del psiquismo. 

Astrología: ¿Ciencia, Religión, Filosofía?



(Recorte y adaptación del capítulo 6 'Matriz Astral y Razón Matricial' de "Astrología: El Manifiesto", Patrice Guinard; tesis doctoral en Filosofía de la Universidad de la Sorbona, París, 1993; traducción al español por Ángeles Rocamora en 2003)

¿Qué ocurre con la naturaleza de la astrología? ¿Es una ciencia, es una religión, es una filosofía? No es una ciencia, ya que no está sometida al principio de verificación; sus modelos no son “falsificables” en el sentido popperiano. No es una religión, ya que no sostiene ningún dogma revelado, ni creencia particular, ni requiere clero ni templo ni ritual. No es una filosofía, ya que relativiza el valor de una racionalidad donde el criterio último de certitud es la evidencia.

Pero, es a la vez un cierto tipo de ciencia, de religión y de filosofía; es decir, una concepción de lo real, que requiere técnicas de localización que toman de la astronomía, y que supone la convicción de la resonancia y de la repercusión de los ritmos del entorno geo-solar sobre el psiquismo. Es una forma específica de racionalidad admitiendo como condición previa la diferenciación estructural de una matriz arquetípica. No depende de la razón experimental, ni de la fe, ni de la razón discursiva, sino de la razón matricial.

El estatus epistemológico de la astrología ha variado según la óptica de sus oponentes, porque ha sido percibida, a nivel del conocimiento, como una rival de la filosofía, del cristianismo y de la ciencia, por lo que ha sido combatida por el escepticismo griego en el seno de una crítica general del conocimiento y de la ciencia; por los Padres de la Iglesia que la abominan junto con la filosofía y el paganismo politeísta; y por el racionalismo moderno, uniendo a la astrología al terreno de lo irracional y la superstición. La condena sin proceso de la astrología se reproduce naturalmente y conjuntamente a la decadencia de la metafísica y de la espiritualidad, bajo las “luces” racionalistas, por el oscurantismo positivista, y en la monotonía del pensamiento único del siglo XX. Así, durante cuatro siglos, la percepción de la astrología  cambia de estatus a medida de las transformaciones del consenso y de los imperativos ideológicos: no ya error, sino ilusión en el siglo XVIII, idiotez en el XIX y absurdidad en el XX.

El juicio matricial difiere del juicio sintético de Kant por su exigencia de reparto, según el número y según datos calculados, y por su objetivación de lo real en el que se produce el orden inmanente, incluso si este orden atañe a la estructuración del psiquismo humano. No es “racional”, sino “meta-racional”, es decir que supone no una adecuación entre los conceptos y los objetos de la experiencia sensible, sino una coherencia, expresada en términos simbólicos, de la experiencia interior-exterior de lo real.

La ecualidad [equidad+cualidad] del juicio matricial, es decir, el modo de objetividad de la distribución cualitativa, difiere del modo de objetivación científico: el enfoque experimental descompone lo real y reúne los fenómenos según criterios cuantitativos; el enfoque matricial los distribuye según criterios cualitativos. John West y Jan Toonder, en “The Case for Astrology”, apuntan que sólo aquellos “que no han construido una catedral, ejecutado una danza derviche, o meditado solamente media hora, niegan la posibilidad de tal eficacia cualitativa”. Las distribuciones no provienen de una reflexión de tipo filosófico sobre ideas, ni de una experiencia de tipo científico sobre objetos definidos en los que se observan las variaciones, sino directamente del espíritu. Éstas aparecen en la conciencia a consecuencia de la inervación contínua y de la estructuración del psiquismo por las impresiones astrales.

La Cuaternidad Matricial Astrológica

(Recorte y adaptación del capítulo 5 'Un modelo estructural de la Astrología' de "Astrología: El Manifiesto", Patrice Guinard; tesis doctoral en Filosofía de la Universidad de la Sorbona, París, 1993; traducción al español por Ángeles Rocamora en 2003)


Cada “cosa” es una distribución compleja de fuerza-forma en un lugar-momento dado. Formas, momentos, lugares y fuerzas son rupturas del mismo continuum, recortes en el tejido de lo real. Toda manifestación de lo real induce a transformaciones perceptivas específicas en los planos 

  • energético: fuerzas, materia, presencia visible
  • espacial: lugares, campos de atracción y de repulsión
  • temporal: momentos y de fases de ciclos de variación
  • estructural: formas de organización del conjunto de fuerzas, lugares y momentos.
Esta diferenciación cuaternaria puede encontrarse tanto en una disposición mental primitiva, como en las ciencias físicas y formales, y en el estudio de las lenguas. La astrología da cuenta de esta división a través de la diferenciación entre Planetas, Casas, Ciclos y Signos del Zodíaco.


Primordial, intuitiva, arquetípica
Griegos
Kratos
Topos
Kairos
Cosmos
Etología
Fuerzas
Lugares
Momentos
Distribución
Durkheim
Energía
Espacio
Tiempo
Estructura
Cristal
Física
Masa
Longitud
Tiempo
Temperatura
Materia
Extensión
Duración
Organización                                 
Matemática
Números
Figuras
Funciones
Conjuntos
Aritmética
Geometría
Analítica
Algebra
Código
Lenguas
Verbos
Nombres
Adjetivos
Términos Sintácticos
(Acción / estabilidad)
(designan, localizan)
Calidad y condiciones variables.
Organizan, relacionan, caracterizan.

Matriz
Astrología
Planetas
Casas
Ciclos
Signos
Polarización Energética
Domificación Espacial
Periodicidad Temporal
Diferenciación Estructural


Cada una de estas cuatro divisiones del mundo ilustra la misma matriz bajo un ángulo diferente, operando en la estructura integrada de la conciencia del ser vivo y traduciendo la realidad de un modo específico

División
Operadores
Traducen
Modulan
Grafías
Planetario
Planetas
Estados y transformaciones de potenciales de excitabilidad
Percepción de lo real
♇ etc.
Dominion
Casas
Lugares de actualización y de integración en el medio ambiente, situaciones de enraizamiento y desapego.
Relación del sujeto con lo real percibido
I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII.
Cíclada
Aspectos, Tránsitos, Edades
Modos de evolución y plazos temporales
Variación de las relaciones
etc.
Zodíaco
Signos
Modos de reacción, de comportamiento, de identificación y de aspiración.
Síntesis, Fijación, estabilización del sujeto después de estas variaciones

Las Casas, los Ciclos y los Signos zodiacales, pueden aparecer como modalidades Espacial, Temporal o Estructural de elementos planetarios efectivos, pero son los planetas en sí mismos las señales aparentes del proceso de polarización.
El astro es in-signo, es decir, signo interior, impresional. La astrología no surge ni de una lógica de la causa física, ni de una lógica del signo psico-mental, sino de una lógica matricial, de una lógica de las formas y de las distribuciones resultantes de los estados psíquico-astrales, de los cuales los operadores simbólicos no son más que el útil de expresión.